Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

miércoles, 28 de marzo de 2018

Una tarde (casi) perfecta

Muchos planes y poco tiempo, sol y calor de repente, tiempo para mí.
Aunque para muchos es Semana Santa ya yo sólo disfrutaré de los días reglamentarios, hasta mañana tendré que trabajar, eso sí, mi cabeza está un poco ausente.
Quiero hacer cosas distintas, aprovechar y disfrutar de un ratito aunque sea corto sólo para mi, para mi puro entretenimiento.

Salí de trabajar y me fui a hacer la manicura. Hay quien se va a la peluquería, yo no lo soporto, quien se da un masaje, me da mucha pereza, o quien se va de compras, quizás yo antes lo hubiera hecho. Ahora no, ahora me siento y me dejo querer un rato, ando tan de cabeza que hacía al menos tres semanas que andaba con las manos desarregladas y es algo que llevo muy mal.
Pues eso, manicura con esmaltado en color porcelana porque tengo mucho que hacer y si el esmalte salta se notará menos.
Pero eso no era lo que más ansiosamente esperaba.
Con mis manos ya en orden me fui al museo Thyssen, a ver la exposición de Sorolla. Llevo persiguiendo a mi Hada desde que la inauguraron para que me acompañara, pero no ha habido manera y yo no me la quería perder, así que yo solita, con tiempo, sin prisa y con mi audioguía disfruté de esta maravillosa exposición que no puedo dejar de recomendaron.
Volví a casa, recogí algunos trastos, revisé el correo, leí el periódico y volví a salir. Cena temprana con algunas amigas, hablando de lo humano y lo divino, risas, confidencias y recogida con tiempo para vegetar un ratito en el sofá antes de ir a la cama.
La tarde hubiera sido del todo perfecta si al llegar a casa hubiera podido achuchar a mi contrario y mis duendes, mañana, cuando los pille por banda se van a enterar de lo que es una madre besucona y pesada.

lunes, 26 de marzo de 2018

De Domingo de Ramos y otras tradiciones

"Domingo de Ramos, el que no estrena algo se queda sin pies ni manos", yo sigo teniendo mi par de cada pero es que os puedo asegurar que ni un solo año de mi vida me he saltado el refrán, ¡ni uno!.
Cuando era muy niña era mi madre la que se encargaba, a ella también le divertía esta tradición, después yo tomé el relevo y ahora me ocupo personalmente de que nadie de mi familia se lo salte.
Me lo tomo muy en serio, a ver qué os vais a pensar.
Por ejemplo, mi Sol y mi Garbanzo se han ido estos días a esquiar con el cole, pues al hacer la maleta, junto con su ropa interior, metí a cada uno un calzoncillo nuevo en una bolsa hermética cerrada aparte con un enooooorme cartel que ponía "domingo estrenar".
Con mi Hada es súper fácil, quiere estrenar de todo y todos los días...
A mi contrario hay que perseguirle un poco más, pero con un poco de astucia se consigue, cuando se mete en la ducha le quitas el calzón que se ha sacado y se lo cambias por uno nuevo...
Yo estrené, claro que sí, calcetines, veis qué chulos, me espantan las medias tipo ejecutivo y los calcetines aburridos, así que ahí tenéis, mis nuevos calcetines que estrené ayer.
Pero esa es sólo una de las tradiciones, la de Domingo de Ramos, luego tengo otras que son mías y sólo mías.
La tradición de los pendientes por ejemplo, cuando mi Hada iba a nacer, la otra abuela de mis hijos me habló de una joyería de toda la vida en Platja d'Aro, la Joyería Rodríguez. Os prometo que conozco muy pocas tiendas de oro que tengan tantos, tantos y tan variados modelos de pendientes de "primera puesta" como Rodríguez. A mi hada le he comprado docenas allí y claro, siempre que ha nacido alguna niña que es importante para mi he ido hasta allí a por los pendientes, ¡no iba a ser menos mi nueva sobrina que nacerá a finales de Junio!.
Ya tengo sus pendientes, son preciosos, muy parecidos a los primeros que le compré a mi hija pero no exactamente iguales. Me hace una tremenda ilusión.
Y me queda una tercera tradición de la que hablaros hoy, la de los bañadores. Cuando mis duendes eran pequeños descubrí en la Rambla Vidal de Sant Feliu de Guixols una tienda que se llamaba Blau y que trabajaba una marca de bañadores que no había visto en ningún otro lado, Oriol.p.
Me encantaba, había el mismo modelo y estampado en talla de bebé, niño, señora y caballero. Por supuesto compraba el mismo estampado para mis duendes y para mí, llamadme hortera, que lo seré, pero iba igual que ellos más contenta que unas castañuelas.
El caso es que hice extensiva la tradición a los primos de mis hijos, a los tres primeros. De repente la tienda y la marca desaparecieron y nunca más se supo.
Este sábado, bajo una cortina de agua de alucinar, mientras iba a por los pendientes de mi sobrina... ¡zas!, tienda de Oriol P en Platja d'Aro también, recién abierta el día anterior.
Pues no me pude resistir, tres bañadores para los antiguos beneficiarios de la tradición más uno extra para el nuevo integrante del equipo que llegó después, todos igualitos, con el mismo estampado, van a estar más guapos...
Pues como estas, tengo alguna que otra tradición, y es que las tradiciones, si nos divierten y nos hacen felices, no hay que saltárselas por nada.



martes, 13 de marzo de 2018

¡¡¡¡ 10!!!!

¿Quien me lo iba a decir hace diez años?, pues probablemente yo misma, porque si hay algo que no me falla es la constancia, aunque últimamente distancie demasiado estas letras.
Mi abuelo estaba en el hospital, mi Garbanzo recién nacido, mi Hada pequeñita y mi Sol ya "cojeando" de lo que luego sería su leucemia.
Diez años en los que muchas cosas han cambiado y poco lo parece.
Yo soy otra, dejando aparte la parte obvia de la edad he cambiado una barbaridad. Mis hijos han crecido mucho y están cada vez más maravillosos.
En estos diez años conocí a gente que se fue y cuya huella en mi no se borrará y a otros que han dejado también su granito de arena en mi cabecita.
Tengo que hacer algo. Me gustaría hacer un concurso, pensadlo bien, sois poquísimos los que me leéis así que hay grandes posibilidades de que algo os toque.
Tengo que pensarlo un poco más.
En todo caso, muchas gracias porque sois parte de estos diez años que hoy cumple mi "Mermelada de amor".
Como decía Lina Morgan, "solamente puedo decir, gracias por venir".