Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

viernes, 4 de agosto de 2017

Etica o/y legalidad

Hace calor en Madrid, no veo el momento de escapar de aquí, de huir de este día a día que me tiene atrapada. Demasiadas expectativas puestas en tres semanas de asueto, seguro que cumpliré la mayoría.
A vueltas con lo mismo, mi situación laboral. Sigue siendo mala, para qué mentir, es cierto que casi todo me lo tomo ya mucho más relajadamente y consigo que el 95% de las situaciones cotidianas me resbalen, pero es obvio que no soy de hielo.
Esta semana ha sido difícil, especialmente porque tengo dos personas de las que trabajan conmigo de vacaciones y el trabajo se multiplica. Ahí es donde me frustro. Siempre intento ponerme en el lugar del otro, pero de verdad, nada de majaderías de esas de "empatía" y palabros grandilocuentes vacíos, no.
Yo me pongo en el lugar del otro, entiendo lo que me pide, y, si está en mi mano, intento dar solución o respuesta a sus demandas.
Primer problema, mi tiempo es limitado, si hago una cosa, no hago otra y, hay mil cosas que debo hacer que son mero servicio al público sin que me reporten ninguna otra recompensa que la de la labor bien hecha.
Primer choque con el jefe, "lo que no da dinero, no se hace ahora, ya se hará después". ¿Se hará..., se hará ello sólo, o lo tendré que hacer yo o quien sea después?.
Por supuesto que es legal decirle al cliente que debe esperar a que mi compañero vuelva de vacaciones para que él resuelva su tema pero, ¿es ético?. Ahí empieza el problema, las "éticas" son tan variadas como las personas y mi jefe tiene una ética amplísima, por decirlo de manera suave.
Hasta ahí sólo un mal trago de diferencias de criterio con un superior y un perder el culo a correr para llegar a todo, porque mi ética no me permite "dar largas" sobre todo si el cliente no pide nada fuera de lo común y encima lo hace con un fin y fecha determinado.
Pero hay otros asuntos, aquellos que son definitivamente ilegales y antiéticos, aunque se hacen de forma generalizada. Aunque os parezca algo raro son situaciones diarias, situaciones que, en algunos casos han llegado a los tribunales, pongamos por ejemplo el tema de las clausulas suelo.
Hay miles de personas que tienen cláusulas ilegales en sus contratos, ¿por qué?, porque se les obligaba a ello, o firmaban o no tenían la hipoteca para pagar su casa.
Pues ese es un caso exagerado, pero hay muchas situaciones cotidianas que, sin llegar a tal extremo son igual de "alegales". La ética de algunos de los que me rodean les dice que son "negociaciones entre dos partes en las que se llega a un acuerdo", la mía me dice que es "un monólogo de una parte que pone condiciones y otra a la que no le queda más remedio que aceptarlas si no tiene más opción".
Como siempre, los más perjudicados son las personas con menos recursos, no sólo económicos, sino recursos de educación que les hagan discernir que lo que se les propone roza la ilegalidad, recursos para pedir varias alternativas a diferentes entidades, o recursos para reclamar si finalmente la negociación no sale según lo previsto.
Y por ahí no paso, ya no discuto, ya no me enfrento con nadie, simplemente hay cosas que no hago, no seré la empleada del mes, no seré ejemplo de producción pero dormiré como una Pepa cada noche. Sinceramente, si todos tuviéramos conciencia, la vida sería mucho mejor.
Sabéis, yo pensaba contaros mis rebajas... lo dejo para mañana.
¿Hay alguien ahí?...

2 comentarios:

MATT dijo...

Presente!
Te entiendo perfectamente, me pasaría igual en tu situación.
Yo no trato cara al público, mis clientes son otras Entidades Financieras, pero también se dan situaciones paralelas.

Mucho ánimo que ya no te queda nada para las vacaciones, y aunque no son la solución definitiva, ayudan a refrescar y coger fuerzas.

Besos

Sara M. dijo...

¡Aquí otra no veraneante!
Qué mal rollo lo del trabajo. Yo también he estado cara al público muchos años, y había cosas por las que no podía pasar. Así que, por lo menos, descansa con la conciencia tranquila!!!