Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

jueves, 31 de julio de 2014

Rebajas Verano 2014: nada que llevarse a la boca

Querida Moni:
No, no te pienses que me he reformado, ni mucho menos.
No te vayas a creer que no he tenido tiempo (suficiente).
No, lo que pasa es que la vida no me da para comprar, trabajar, trotar, atender a mis duendes y encima actualizar este desastre de blog.
Pero no me olvido de que a tí te hacen gracias estas entradas locas de compras de rebajas, así que, ahora que ya tocan a su fin, que estoy "casi" segura de que no caerá nada más, ahora te cuento.
Como siempre, abrí ansiosa las aplicaciones del grupo Inditex a las 0:00 del día 1 de Julio. ¡Qué desilusión!, na de na que había.
Bueno, si te digo la verdad ya en temporada me costó encontrar nada mínimamente atractivo (en mi talla quiero decir). Pero chica, la tradición es la tradición y hay que cumplirla.
Para resumir la web de Massimo Dutti y la de Uterqüe basta decir "nada por aquí, nada por allá". En Zara es difícil no encontrar algo.

Como casi siempre los principales beneficiados fueron mis duendes, a los chicos les compré unos chinos básicos en marino que se ponen todo el año y que me hacen un avío tremendo. A mi hada le compré unos vaqueros muy graciosos con la vuelta del bajo y los bolsillos con lunares. Por supuesto
que para mí también cayó algo, pero sólo un par de rebecas básicas de canalé en colores neutros.
Me fuí a la cama con la sensación agridulce del deber cumplido, aunque sólo a medias.
Al día siguiente, al terminar la jornada laboral pasé por El Corte Inglés a ver si encontraba una falda, algo estándar, ni corto ni largo ni demasiado pegado ni con vuelo, de color neutro o fácilmente combinable. ¡La de vueltas que dí!, pero sí, encontré una falda en tonos azúles en Caroll que
queda súper chula y que lo mismo vale para la oficina con una chaqueta que para salir con unas chanclas.

Uy, se me ha olvidado contarte que justo la última semana de Junio, mientras yo estaba añorando nuestros paseos en Sant Feliu, habían empezado las rebajas on line en Mango y piqué. Mejor ni te cuento el desastre. Por resumir, compré dos vestidos, no me valían, las camisetas que pedí me
quedaban fatal y al final me compré... un sujetador, toma ya...
Ves, si es que este año el ahorro ha sido real.
Ya pensaba que no iba a caer nada más cuando, la semana pasada, a cuenta de la revisión de mi Sol (eso da para otro post, pero quédate con que todo está bien), y por lo de aplacar la ansiedad, tiré de tarjetas y me dió...¡por comprar manteles de colores!, ataqué Zara Home a saco, pero es que los precios eran irresistibles. Uno de los manteles lo estrené en mi fiesta de cumpleaños (coño, otro post que me falta, me cago en la leche...)
Y... ya.
Ves, poca cosa. Pero he mantenido la ilusión por "mí" día, total, son dos al año, creo que me los merezco.
¿Qué te parecen mis compras?, confío en seguir siendo tu ídola.
Te echo de menos...

lunes, 28 de julio de 2014

Un circulo que se cierra

¡Madre mía lo que nos ha costado!
Pero al final lo conseguimos, nuestro amigo se casó, fue este fin de semana pasada, en su pueblo,  como él quería, con la persona ideal y feliz, como
todos queríamos.
Fue una boda de AMIGOS. Él era el último que quedaba en pasar por el altar.
A mi llamadme antigua si queréis pero pocas cosas me gustan más que una boda. Me gusta ver a la gente feliz, comprometiéndose con otra persona y haciendo partícipes a todos los que les quieren de ese compromiso.
Pues eso, que el fin de semana estuve de boda, de bodorrio más bien, hubo arroz al salir de la iglesia, pétalos de rosas y una enorme traca...
Hubo coche con cartel de "Just Married" y latas atadas, hubo fotos risas y baile, mucho baile, y felicidad.
Y yo, que sólo les deseo lo mejor, espero que sean conscientes, que lo son de que el matrimonio es trabajo, gustoso, pero trabajo y que hay que ir haciendo un poco cada día y que así, después de algunos años, quince en mi caso, se pueden pasar otros tantos, o el doble, sabiendo que la decisión
fue la acertada.

miércoles, 9 de julio de 2014

De cómo se instaló la gata dentro de la choza

Mandela decía que era mejor contar un cuento que dar un consejo. Muy sabio Mandela.
Ya os comenté que el año pasado, uno de los libros que leyó mi hija como parte de sus tareas escolares de verano fue "Mis cuentos africanos" del señor Mandela.
Entre esos cuentos estaba este que quiero hoy contaros porque, aunque tenga días
nublados, al final, el último rayo de sol me dice lo que dice este cuento...
Tendréis que leerlo para saber qué es. Espero que os guste mucho.

"Había una vez una gata, una gata salvaje, que vivía sola en el matorral. Cuando al cabo de un tiempo se cansó de su soledad, tomó por esposo a otro gato salvaje que, a sus ojos, era la criatura más espléndida de la selva.
Paseaban juntos cierto día por un sendero entre la hierba alta, cuando, zas!, de la pradera salió de un brinco el Leopardo, y pegó un revolcón al marido de la Gata, que quedó despanzurrado por el suelo.
-¡Vaya!- dijo la Gata-. Mi marido ha mordido el polvo; ahora comprendo que la criatura más espléndida de la selva no es él, sino el Leopardo -y la Gata se fue a vivir con el Leopardo.
Vivieron juntos muy felices, hasta que un día, cuando cazaban en el matorral, de pronto, catapún!, de entre las sombras salió el León, aterrizó en el lomo del Leopardo y se lo zampó.
-¡Vaya! -dijo la Gata-. Ahora comprendo que la criatura más espléndida de la selva no es el Leopardo sino el León.
Y la Gata se marchó a vivir con el León.
Vivieron juntos muy felices hasta que un día, cuando acechaban a sus presas en el bosque, una figura enorme se cernió sobre ellos y, fu-chu!, el Elefante plantó su pata sobre el León y lo dejó planchado.
-¡Vaya! -dijo la Gata-. Ahora comprendo que la criatura más espléndida de la selva no es el León sino el Elefante.
Así pues, la Gata se fue a vivir con el Elefante. Trepaba a su lomo y se acomodaba ronroneando en su cuello, justo entre las orejas.
Vivieron juntos muy felices, hasta que un día, cuando paseaba entre las altas cañas de la margen del río, pa-wa!, se oyó una fuerte detonación y el Elefante se desplomó en la tierra.
Al mirar a su alrededor, la Gata sólo alcanzó a ver a un hombrecillo con una escopeta.
-¡Vaya! -dijo la Gata-. Ahora comprendo que la criatura más espléndida de la selva no es el Elefante sino el Hombre.
Y, así, la Gata se echó a andar detrás del Hombre y, al llegar a su casa, se encaramó de un salto al techo de paja de la choza.
-Por fin he encontrado a la criatura más espléndida de toda la selva.
Vivió felizmente en el techado de la choza y comenzó a atrapar a los ratones y las ratas de la aldea. Hasta que un día, mientras se calentaba al sol sobre la choza, oyó ruidos procedentes del interior. Las voces del Hombre y de su esposa fueron subiendo de volumen poco a poco hasta que wara-wara-wara...yo-ui!, por la puerta salió despedido el Hombre y aterrizó en el polvo.
-Conque sí, ¿eh? -dijo la Gata-. Ahora sé quien es de verdad la criatura más espléndida de la selva: la Mujer.
La Gata descendió del techo de paja, entró en la choza y se arrellanó junto al fuego.
Y allí ha seguido instalada desde entonces."