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Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Mis veranos en gris y verde: de los 10 a los 19 años

Y ahora es cuando llegará de nuevo RAL y dirá: "eres muy rara", eso en el mejor de los casos, espero que después de esta entrada no me odiéis...
Después de tanta felicidad infantil, tantas horas de playa al sol, tanta ropa fresquita, tanto... todo, mis padres decidieron que era hora de cambiar de tercio.
Mi padre, de niño, por el trabajo de mi abuelo, vivió en sitios muy diferentes, entre ellos Asturias. De allí tiene muy buenos recuerdos y amigos a lo que queremos como familia, así que, ea, al norte.
Pues eso, el verano que cumplí 10 años fui por primera vez a Gijón. Dicho así no suena mal. No me malinterpretéis, Gijón es una ciudad maravillosa, pero, uf, ay, madre que sufrimiento.
Nos alojábamos en el barrio del Musel, el antiguo puerto de mercancías y pesca, pero allí sólo parábamos a dormir.
La idea de mis padres y la mía en lo que a vacaciones se refiere no puede ser más discordante. Mis padres disfrutaban levantándonos a mi hermano y a mí a eso de las nueve de la mañana para salir "tempranito" a ver sitios nuevos.
Supongo que lo sabéis, pero si no, os lo digo yo, en Asturias llueve, mucho y la temperatura, el día que hace mucho calor, ronda los 27, cuando más, así que salías de casa con el bañador puesto (por si acaso), ropa abrigadita (nada de pantalón corto), una rebeca, la bolsa de la playa con toallas, la bolsa de la merienda, por aquello de comer en la playa si era posible, y sino en cualquier "prao". Y ale, al coche, ¡por esas carreteras de dios con más curvas que una cuerda en un bolsillo!, y ale, kilómetros
por delante. ¿Que salía el sol?, rápido a despelotarse en la primera playa a la vista y justo cuando te armabas de valor para meter el pie en el agua helada, cuya temperatura no subía de los 21 grados, zás, ¡la calabobos!, sí esa lluvia que dices "esto no es na" y terminas chorreando, ale, a correr otra vez a taparse con las toallas y al coche...
Conozco creo que todos los pueblos, aldeas y demás de Asturias, de norte a sur, de este a oeste.
NO PUEDO SOPORTARLO.
Para que me entendáis, para que yo empiece a plantearme que me quito la manga larga y el pantalón largo, la temperatura no puede bajar de 30 grados y para meterme en el agua, al menos esta tiene que estar a 27 o 28, así que ya me diréis...
Y no me vengáis con que en Asturias también hace sol, ya lo sé, el día que sale aprovechan a hacer la foto para mandarla a todos los conocidos y decir eso de "uf, qué sudada tenemos", aprovechando que llegan a 24 graditos.
Pues eso, que Asturias, guapina ye, sin duda, pero que a mí no me vuelven a ver el pelo por allí entre los meses de Mayo y Octubre ¡ni de coña!, en cualquier otro mes estaré encantada de ir.

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