Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

martes, 24 de septiembre de 2013

El corazón partío (I)

Pasen y siéntense, que esto va a ser largo.
El pasado no vuelve, cada vez se aleja más y cualquier intento de acercarlo no lleva más que a la morriña de lo que fue y no volverá.


Como os he contado otras veces, la parte árida, seca y dura de mi carácter
viene de su origen en un pueblo de los Montes de Toledo, el pueblo en que
nació mi madre y mis abuelos, ese pueblo en el que yo pasaba parte de mis
veranos, ese que olía a cerdo por la noche y el polvo del granito flota de
día.
Desde que mis abuelos se fueron tuve claro que volver allí sería difícil,
nada más que mis recuerdos me atan a aquello, a mi contrario le aburre y
razón no le falta. Pero yo quiero que mis hijos conozcan el pueblo de mi
abuela, que para ellos no sea un sitio del que oyeron hablar.
Como quiera que sea, la semana pasada organicé la excursión. No tenía claro
si quedarnos a dormir en la casa o volver a Toledo, esa última opción fue
la definitiva.
Salimos de Madrid tarde y llegamos al pueblo a eso de las 12. ¡Vaya
aventura!. Yo les había hablado a los niños del corral y ellos lo
imaginaban lleno de pollos...


Cuando entré al corral mi corazón se paró, no vi a mi abuela barriendo el
suelo, ni el abrevadero que usaba como pila de lavar estaba lleno de agua.
Todo estaba vacío, pero yo podía sentirla...

1 comentario:

Irene dijo...

Es bueno que los niños disfruten de tus lugares de la infancia, aunque para ti se te haga duro, ya que te vendrán un montón de recuerdos... poco a poco iran disfrutando de tus lugares, hasta hacerlos suyos.