Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Él

Él es mi media naranja, o más bien mi medio pomelo, a veces dulce, a veces agrio, me da vitaminas, energía y algún que otro dolor de cabeza.
Tardé mucho en encontrarle, mientras envidiaba a mis compañeras de colegio tan exitosas entre los chicos no podía dejar de imaginarme cómo sería él cuando llegase y cómo ina a reconocerle.
Le ví, le conocí, le saludé y ese saber que quería que llegase a ser alguien importante en mi vida tardó un poco, yo soy así, me cuesta tomar decisiones sobre temas trascendentales.
Y cuando lo decidí, creí que se me escaparía, N estaba muy interesada en él. Mi abuela suele decir que "en el cielo está escrito que se casará fulanita con fulanito", y yo la creo, porque al final sonaba "Groovy kind of love" cuando nos dimos el primero de miles de besos.


Pero, antes de que eso ocurriera llovió mucho, pasamos por su cumpleaños (en el que le regalamos una lata de lentejas Litoral), llegó la Expo, que disfrutamos como locos y llegaron y pasaron los años, tantos como 17.
Y ahí sigue estando él, sufriendo mucho, a su manera que es tan diferente de la mía que no puede ser más, y queriendo a nuestra familia, suegros incuidos, lo que demuestra una generosidad infinita.
Y yo, que quiero decir cuanto le quiero lo digo aquí, donde él nunca lo leerá, porque soy parca en palabras cariñosas y generosa en acciones.

1 comentario:

Lamardestrellas dijo...

Mi medio pomelo también es así (parco-generoso) y a pesar de eso, ¡no!, quizás precisamente por eso, le quiero. Pero cuando el tuyo por fin descubra este rincón redescubrirá que eres infinitamente dadivosa en hechos y palabras, ¡qué suerte tiene!